Precuela del robo de Curauma
- MCI
- 8 may
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En 1996, Curauma S.A. contaba con 3.071 hectáreas en los fundos Curauma La Luz y Las Cenizas, en Valparaíso, con la visión de establecer un polo urbano para 200.000 habitantes, generando 50.000 empleos y consolidando la zona central de Chile como un eje de desarrollo económico. Tasados en 2011 en 16.903.107 UF, equivalentes a USD 691 millones (ver tasación), estos terrenos eran un activo estratégico para la conectividad y descentralización del país.
Sin embargo, entre 2004 y 2014, un esquema financiero meticulosamente diseñado por Euroamerica Seguros de Vida S.A. y los abogados de Claro y Cía., coronado por una manipulación quirúrgica en la asignación judicial del caso de quiebra, despojó a Chile de este recurso crítico y esperanzador.
Un activo estratégico bajo asedio sistémico
Ubicados a 90 minutos de Santiago y próximos al puerto de Valparaíso, los terrenos de Curauma eran un pilar para la integración urbana y económica de la zona central, con potencial para transformar Valparaíso en un centro de vivienda, industria y servicios. Su capacidad para impulsar la descentralización y generar 50.000 empleos los convertía en un recurso de interés nacional. No obstante, la demora en la ratificación del Plan Regulador Metropolitano de Valparaíso (PREMVAL), finalizada el 14 de abril de 2014, generó una iliquidez transitoria entre 2004 y 2012. Esta vulnerabilidad expuso a Curauma a un asedio financiero cuidadosamente planificado.
El armazón de un coronamiento financiero
En mayo de 2004, Euroamerica Seguros de Vida S.A., dirigida por Nicholas Davis Lecaros y Henry Comber Sigall, comenzó a otorgar préstamos a Curauma S.A. por un monto de 715.000 UF (aproximadamente USD 29 millones de 2004), con tasas que excedían los límites legales, configurando usura. Entre 2004 y 2012, Curauma pagó 1.040.775 UF (USD 42.5 millones), un retorno del 45,6% sobre el capital prestado, equivalente a una tasa anual aproximada del 4,8% durante los 8 años del período. Estos contratos, con garantías desproporcionadas sobre los terrenos, fueron diseñados para inducir el incumplimiento, sentando las bases de un plan de una década para apropiarse de activos estratégicos.
Entre 2008 y 2012, la presión se intensificó. El 23 de agosto de 2012, el Banco de Chile facilitó un crédito hipotecario en un plazo de 72 horas, permitiendo a Euroamerica absorber una garantía clave. Esta maniobra sumió a Curauma en una deuda de USD 50 millones para abril de 2013, con la Tesorería General de la República como principal acreedora. La ausencia de supervisión regulatoria permitió que estas tácticas predatorias prosperaran sin oposición.
Cirugía Procesal: manipulación de la asignación judicial
El eje del despojo fue una operación de precisión en el sistema judicial. El 13 de junio de 2013, Julio Bustamante Jeraldo, cercano a Euroamerica y ex director de Curauma S.A., solicitó la quiebra de Curauma (Rol C-13913-2013) por una presunta deuda de $80 millones de pesos (USD 86.000). En un acto que desafía las probabilidades, la causa fue asignada al 2° Juzgado Civil de Santiago, un evento con una probabilidad de 1,75 en 1.000, según una querella presentada el 10 de noviembre de 2022. Esta acción denunció y demostró una manipulación deliberada del algoritmo de distribución de causas, apuntando a una intervención quirúrgica para dirigir el proceso a un juzgado favorable a los intereses de Euroamerica. Esta maniobra procesal neutralizó las defensas de Curauma, incluyendo una demanda de 2013 por USD 7.3 millones, y allanó el camino para la apropiación final.
El robo ejecutado
El 14 de octubre de 2014, un acuerdo aprobado en la Segunda Junta Extraordinaria de Acreedores selló el despojo. Presidida por el síndico César Millán Nicolet (también cercano a Euroamerica), la junta respaldó un convenio con Euroamerica Seguros de Vida S.A. y la filial de la anerior, Administraciones y Proyectos Euroamerica S.A., obligando a Curauma a retirar su demanda de 2013 por usura (Rol C-11.175-2013) y a levantar una medida precautoria del 25 de septiembre de 2013 que protegía sus terrenos.
A cambio, Curauma recibió un pago inicial de 73.079,42 UF y promesas de dos pagos diferidos de 48.720 UF cada uno, representando una fracción mínima del valor tasado en 2011 de USD 691 millones. Con el apoyo del 98,23% de los acreedores presentes, que representaban el 90,68% de una deuda total de aproximadamente USD 50 millones en 2014, el acuerdo liberó las tierras para Euroamerica. Esta apropiación, ejecutada con precisión, privó a Chile de un proyecto urbano transformador, truncando el desarrollo de Valparaíso y eliminando 50.000 empleos potenciales.
Fallas sistémicas que sustentaron el despojo
El caso revela deficiencias estructurales que habilitaron el robo:
Permisividad regulatoria: La falta de controles permitió contratos usureros que comprometieron activos nacionales.
Desamparo accionarial: Los 1.600 inversionistas fueron marginados, dejando los terrenos a merced de acreedores.
Complicidad judicial: La manipulación procesal de 2013 y la tolerancia a conflictos de interés, como los vínculos del síndico con Euroamerica, convirtieron al sistema en un instrumento del despojo.
El despojo de Curauma S.A., gestado entre 2004 y 2013 y consumado en 2014, fue un robo descarado perpetrado mediante un coronamiento financiero preconcebido, sellado por una manipulación quirúrgica del sistema judicial. La asignación anómala al 2° Juzgado Civil de Santiago, fue un acto deliberado que permitió a Euroamerica apropiarse de terrenos valuados en USD 691 millones por una fracción de su valor.
Leer "Así nos robaron Curauma": www.casocurauma.cl/post/así-nos-robaron-curauma








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