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Curauma y Harvard: el germen de una revolución urbana en Chile

  • MV
  • 14 jun
  • 7 Min. de lectura

A fines de 1993, cuando el proyecto urbano de Curauma apenas tomaba forma en los cerros de Valparaíso, dos delegaciones de la Universidad de Harvard llegaron a Chile para estudiar en terreno un fenómeno poco habitual en América Latina: la construcción planificada de una nueva ciudad. Lo que comenzó como una exploración académica, terminaría siendo —con el paso de los años— un hito silencioso pero decisivo en la historia del urbanismo chileno.


Harvard en Curauma: más que una visita académica


La primera de estas delegaciones (1) estuvo conformada por diez profesores de las escuelas de Economía y Gobierno de Harvard. El equipo fue liderado por dos figuras de renombre mundial: Edward Glaeser, experto en desarrollo urbano, y John R. Meyer, pionero en la economía del transporte. El objetivo era ambicioso: estudiar las condiciones óptimas para la localización de la población y las actividades económicas en el contexto chileno, y analizar hasta qué punto ciudades como Santiago se alejaban de esos ideales.


Las conclusiones de esa misión fueron demoledoras. Santiago, con su crecimiento desbordado y su concentración excesiva de recursos e infraestructura, era el caso paradigmático de una ciudad que operaba con una estructura de incentivos completamente distorsionada. Los costos reales de la localización —congestión, transporte ineficiente, contaminación, pérdida de productividad— no eran asumidos por quienes los generaban. En consecuencia, la capital crecía desmesuradamente, absorbiendo inversión pública y privada en detrimento del resto del país.


Estas ideas quedaron plasmadas en un influyente volumen publicado en 2001 por la Harvard Kennedy School bajo el título *Chile: The Political Economy of Urban Development*. El texto, aunque poco conocido fuera de círculos académicos, terminó por permear las políticas públicas nacionales. Abrió paso a una lenta pero firme reconsideración del modelo de desarrollo urbano, descentralizando recursos y repensando el papel del Estado en la distribución territorial del bienestar.


El diseño urbano como visión de futuro


Paralelamente, una segunda misión de Harvard —esta vez del Departamento de Arquitectura y Diseño— se abocó a los aspectos concretos del trazado urbano de Curauma. Su trabajo no fue meramente teórico: propusieron esquemas de organización territorial, interconexión vial, jerarquización de espacios públicos, e integración de zonas habitacionales, comerciales y educacionales. Se trató de uno de los primeros intentos serios en Chile de pensar una ciudad desde cero, con criterios de eficiencia, sustentabilidad y calidad de vida.


En este esfuerzo multidisciplinario, Curauma se convirtió en un laboratorio de planificación urbana que atrajo tanto a urbanistas como economistas, y en una oportunidad única para aplicar en el sur del mundo los principios más avanzados del pensamiento urbano global.


Las semillas que germinan


A más de 30 años de esa visita, los frutos están a la vista. Curauma ha crecido como un polo habitacional y académico relevante en la Región de Valparaíso, con una población cercana a las 45 mil personas y un campus consolidado de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Aún enfrenta desafíos, como todo asentamiento urbano, pero su trazado y lógica de desarrollo siguen reflejando las premisas que Harvard ayudó a instalar.


Más importante aún es el cambio de mentalidad que aquella experiencia sembró en Chile: la conciencia de que el crecimiento urbano no es solo una consecuencia del mercado o del azar, sino una construcción política, técnica y cultural. Que las ciudades pueden —y deben— ser diseñadas con racionalidad y equidad, para que no reproduzcan desigualdades ni destruyan sus entornos.


En tiempos en que la planificación urbana vuelve al centro del debate público, recordar este capítulo, liderado por Manuel Cruzat Infante, es más que una anécdota. Es una lección sobre cómo las mejores ideas, cuando se conectan con decisiones valientes, pueden transformar el futuro de un país.


(1): Por la misma época hubo otro grupo de profesores de Harvard, esta vez del departamento de Diseño y Arquitectura, que tuvo por objeto avanzar en el diseño urbano propiamente tal de lo que sería la ciudad de Curauma.



Resumen técnico del modelo urbano de Curauma (1993–2003)


Principios rectores


El diseño urbano de Curauma se fundamentó en tres principios:


1. Descentralización inteligente: El proyecto buscó constituir un nuevo polo de desarrollo urbano en la Región de Valparaíso, con el objetivo de descongestionar Santiago y consolidar una estructura policéntrica en el país.


2. Internalización de externalidades: Se propuso que los costos derivados del crecimiento urbano, como la congestión, la contaminación o la demanda por servicios, fueran asumidos por quienes los generan, incorporando criterios de eficiencia económica en la planificación territorial.


3. Planificación desde cero: A diferencia de los procesos de expansión urbana sobre ciudades existentes, Curauma se concibió como una ciudad nueva, lo que permitió integrar desde el inicio aspectos de sustentabilidad, uso mixto del suelo, infraestructura anticipada y espacios públicos.


Componentes estructurales del modelo


Zonificación y usos mixtos


El modelo se basó en la integración de usos residenciales, educacionales, comerciales y productivos. Se evitó la zonificación rígida y se incentivó la mezcla de actividades a escala de barrio. La instalación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso fue clave como institución ancla para dinamizar la vida urbana y académica del sector.


Movilidad y estructura vial


El diseño vial contempló una red jerarquizada con ejes troncales, vías colectoras y calles locales. Se diseñó una malla eficiente, con reservas para transporte público de alta capacidad y ciclovías. La escala del trazado privilegiaba la caminabilidad y la integración del transporte colectivo.


Espacios públicos y sustentabilidad


Se proyectó que un 30 por ciento del territorio urbano se destinara a áreas verdes y parques. La planificación respetó los elementos naturales existentes, como la laguna La Luz y los bosques de pinos. Las densidades residenciales fueron intermedias, evitando tanto la expansión periférica tipo suburbana como la edificación en altura excesiva.


Infraestructura social anticipada


El modelo consideró equipamiento público distribuido territorialmente, como escuelas, centros de salud y espacios deportivos, accesibles a pie desde cualquier punto del barrio. Se planteó la idea de centros de barrio, con comercio básico, plazas y servicios públicos en distancias caminables.


Innovaciones del modelo Curauma


Entre los elementos novedosos del modelo destacan:


  • La aplicación del concepto de ciudad compacta mixta, inspirado en experiencias europeas.

  • La incorporación de instrumentos de gestión del suelo, como la captura de plusvalías para financiar infraestructura.

  • La articulación público-privada: el proyecto fue desarrollado por la empresa Curauma S.A., con apoyo de entidades académicas y financieras.


Impacto esperado versus resultados observados


El modelo urbano de Curauma contemplaba alcanzar una población de 100.000 habitantes hacia el año 2020. Sin embargo, a 2023, la población efectiva alcanza aproximadamente los 30.000 habitantes, lo que representa una importante subutilización de la capacidad instalada.


En términos de empleo local, el objetivo era generar un puesto de trabajo por cada tres habitantes, promoviendo una ciudad autosuficiente en términos laborales. En la práctica, esto no se cumplió, y Curauma terminó consolidándose principalmente como una zona residencial, con una fuerte dependencia de Valparaíso y Viña del Mar para el empleo.


Respecto a la calidad ambiental, se planificó una ciudad con altos estándares, incluyendo una red de parques, espacios públicos y la protección de la laguna La Luz y otras áreas naturales. Estos objetivos se cumplieron de manera parcial: aunque hay áreas verdes y ciertos elementos del trazado original se respetaron, el crecimiento inmobiliario reciente ha puesto presión sobre estos espacios.


En el ámbito de la movilidad, se proyectaba que un 40 por ciento de los desplazamientos internos se realizarían en transporte público y un 30 por ciento a pie, como parte de un modelo de ciudad caminable y sustentable. En la realidad, el automóvil ha pasado a ser el modo predominante de transporte, y el transporte público se ha desarrollado de forma limitada, alejándose del objetivo original.


Curauma representó una de las experiencias más avanzadas de planificación urbana en Chile, con un enfoque interdisciplinario y de largo plazo. Aunque su ejecución fue parcial y algunos objetivos no se cumplieron, su diseño técnico sigue siendo una referencia para futuros desarrollos urbanos sustentables en regiones intermedias del país.


...


Reseña de "Chile: The Political Economy of Urban Development"


Editores: Edward L. Glaeser y John R. Meyer


Editorial: Harvard Kennedy School / Harvard University Press (abril 2001 / libreto 2002) — 304 págs.


1. Contexto y propósito


En un momento en que más de un tercio de los chilenos vivía en el Gran Santiago —reflejo de una concentración urbana común en muchas capitales latinoamericanas— Glaeser y Meyer reunieron a destacados economistas, urbanistas y expertos en transporte para diagnosticar los problemas de la metrópolis y proponer soluciones. El hilo conductor: encontrar el punto medio entre permitir el crecimiento urbano y evitar sus costos sociales —congestión, contaminación, inequidad—, impulsando políticas que internalicen dichos costos.


2. Estructura y contenidos


El libro se organiza en capítulos temáticos que combinan análisis conceptual, estudio de casos y propuestas de política:


  • Beneficios y costos de las megaciudades, con énfasis en la centralización política y su rol en potenciar las capitales.


  • Fallos de mercado y distorsiones políticas, especialmente la asignación de recursos públicos que favorece a Santiago.


  • Soluciones planteadas: reformas en transporte (como peajes y carriles de buses), estrategias para mitigar la contaminación y mejoras en infraestructura y educación descentralizada.


3. Hallazgos claves


  • La urbanización excesiva no se explica únicamente por lógicas de mercado, sino por decisiones políticas que concentran la inversión y el poder en la capital.


  • Aunque en los años 90 Chile redujo ese sesgo hacia Santiago, persisten externalidades negativas (polución, congestión) y una infraestructura enfrentada a una demanda creciente.


  • Las propuestas incluyen:


  • Congestión y desarrollo de infraestructura vial y de transporte masivo, particularmente fuera del casco central.


  • Impuestos ambientales, renovación del parque vehicular y modernización del sistema de buses para aliviar la contaminación urbana.


4. Relevancia y legado


Como volumen multidisciplinario, este trabajo no se limitó al diagnóstico sino que planteó un programa proactivo para redefinir la política urbana en Chile. Ha sido influyente en diseñar reformas de transporte, regulación ambiental y en provocar un debate más articulado sobre descentralización territorial.


En particular, marcó un hito al traspasar la idea del desarrollo urbano desde los espacios académicos hacia la política pública práctica, fomentando un modelo donde las ciudades enfrentan los costos reales de su propia expansión.


"Chile: The Political Economy of Urban Development" es más que un análisis académico; es un manual de políticas urbanas orientado a realidades concretas, donde Santiago sirve como ejemplo paradigmático. Su fuerza: combinar rigor cuantitativo y análisis político para generar propuestas factibles. Aunque se publicó hace más de dos décadas, sus planteamientos —sobre peajes, transporte público eficiente, control de polución y descentralización— siguen muy presentes en la agenda de desarrollo urbano actual.








 
 
 

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