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Corrupción y fraude: el síndico que "regaló" Curauma a Euroamerica

  • MV
  • 31 mar
  • 3 Min. de lectura

La mayor irregularidad del síndico César Millán Nicolet, en el contexto de su cercanía con los controladores de Euroamerica Seguros de Vida S.A., Nicholas Davis y Henry Comber, fue la fraudulenta conciliación de octubre de 2014 con Euroamerica, un acto de corrupción que consolidó el saqueo de los activos de Curauma S.A. en favor de la prestamista y aseguradora, y sus cómplices.


El 14 de octubre de 2014, se convocó una Junta Extraordinaria de Acreedores para tratar el litigio entre Curauma y Euroamerica. A las 16:30 horas, el síndico Millán Nicolet certificó oficialmente que la junta no podía realizarse por falta de quórum y envió la notificación al tribunal y a la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, Superir. Sin embargo, minutos después, en una maniobra ilegal, reabrió la junta en secreto y la llevó a cabo con un grupo reducido de asistentes, asegurándose de aprobar una conciliación diseñada exclusivamente para que Euroamerica se quedara con los terrenos de Curauma sin oposición.


El acuerdo permitió que Euroamerica mantuviera la propiedad de los terrenos a cambio de un pago simbólico de UF 170.537, una fracción irrisoria del valor real de los activos. Según la contabilidad de Curauma, estos terrenos estaban registrados en UF 2.418.124, mientras que tasaciones externas los valoraban entre UF 5.842.762 y UF 11.845.395. En paralelo, Euroamerica se deshizo de un crédito inflado y fraudulento por UF 1.026.087,63, presentado como lucro cesante y daño emergente, una jugada que había sido impugnada por dos bancos acreedores debido a su evidente falta de fundamento.


La Tesorería General de la República, que representaba más del 50% del pasivo de la quiebra, votó a favor de la conciliación sin haber revisado los antecedentes clave, lo que refuerza la sospecha de que existió presión indebida o corrupción en su decisión. Con esta aprobación amañada, el síndico y Euroamerica lograron su objetivo: liquidar cualquier posibilidad de que Curauma recuperara sus activos y consolidar el traspaso ilegal de los terrenos a la aseguradora.


La complicidad entre Millán y Nicholas Davis está respaldada por múltiples pruebas. En enero de 2013, el síndico viajó con Davis a Punta del Este en un avión privado de Euroamerica, lo que evidencia una relación estrecha entre ambos. Apenas asumió como síndico en diciembre de 2013, Millán procedió a entregar físicamente los valisoso terrenos de Curauma a Euroamerica, antes incluso de que se realizara la primera junta de acreedores. Euroamerica financió honorarios de abogados, informes jurídicos y peritajes contables diseñados para justificar la quiebra y garantizar que la aseguradora retuviera los terrenos.


Además, Euroamerica costeó la defensa ante el Tribunal Constitucional para evitar que se anulara la declaración de quiebra de Curauma, con el respaldo del propio síndico, quien se alineó completamente con los intereses de la aseguradora.


En diciembre de 2019 y enero de 2020, Euroamerica revendió los terrenos a su sociedad relacionada Administraciones y Proyectos Euroamerica S.A. por UF 1.530.000, demostrando que la operación de 2014 fue una farsa orquestada para consolidar su dominio sobre los activos de Curauma. En 2020, la propia aseguradora reconoció en sus estados financieros que el valor razonable de estos terrenos ascendía a UF 3.805.513, evidenciando la magnitud del fraude.


Este caso expone un esquema de corrupción y fraude concursal en el que el síndico César Millán Nicolet, en colusión con Nicholas Davis, Henry Comber y Euroamerica Seguros de Vida S.A., manipuló el proceso de quiebra para despojar a Curauma de su patrimonio.


La entrega de los terrenos, la junta de acreedores fraudulenta y la conciliación arreglada son pruebas concretas de que el síndico no actuó como un administrador imparcial, sino como un operador al servicio de los intereses de la aseguradora. Esta operación ilegal permitió que Euroamerica se apropiara de terrenos millonarios por una fracción de su valor real, dejando a Curauma S.A. y a sus acreedores sin posibilidad de recuperar sus créditos.


La maniobra no solo representa un fraude financiero de proporciones, sino que también confirma la existencia de corrupción en el manejo de la insolvencia empresarial en Chile, con la complicidad de un síndico que traicionó su deber legal para beneficiar a un grupo empresarial con el que mantenía vínculos directos.


 
 
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