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Inicio del año judicial 2025: nueve propuestas clave de reforma estructural

  • MV
  • 29 ene
  • 3 Min. de lectura

El Poder Judicial en Chile atraviesa una crisis de legitimidad que requiere una reforma estructural profunda y urgente. La corrupción, la falta de transparencia y las deficiencias en su funcionamiento han deteriorado la confianza ciudadana. 


Estas son las reformas esenciales propuestas para abordar estas problemáticas mediante medidas claras y específicas:


1. Crear un Consejo de la Magistratura independiente y autónomo. 

- Eliminar la injerencia de la Corte Suprema y del Poder Ejecutivo en la designación de jueces. 

- Implementar concursos públicos basados en criterios objetivos, evaluaciones externas y audiencias públicas. 

- Asegurar la representación regional en la composición del consejo. 


2. Descentralizar el Poder Judicial. 

- Otorgar autonomía administrativa y presupuestaria a los tribunales regionales para reducir la centralización en Santiago. 

- Redistribuir competencias de la Corte Suprema para aliviar su carga y mejorar la eficiencia. 

- Realizar un plan piloto en tres regiones con plazos definidos para su expansión. 


3. Establecer un órgano de control interno independiente con facultades reales. 

- Crear una entidad autónoma encargada de investigar y sancionar irregularidades en el Poder Judicial. 

- Realizar auditorías anuales externas sobre desempeño y ética de jueces y funcionarios. 

- Implementar un sistema seguro de denuncias anónimas con seguimiento público. 


4. Digitalizar por completo el sistema judicial. 

- Sustituir los trámites físicos por un sistema digital integrado accesible en todo el país. 

- Capacitar a jueces y funcionarios en herramientas tecnológicas avanzadas. 

- Establecer unidades de soporte técnico en todos los tribunales para garantizar su operatividad. 

 

5. Garantizar la transparencia radical del Poder Judicial. 

- Publicar fallos judiciales en tiempo real en una plataforma de acceso abierto. 

- Exigir declaraciones de intereses de jueces y funcionarios disponibles al público. 

- Establecer métricas de desempeño y sanciones para tribunales que presenten demoras injustificadas. 

 

6. Auditar y modernizar la distribución de causas con tecnología avanzada. 

- Prohibir la asignación manual de causas para prevenir manipulaciones. 

- Implementar inteligencia artificial para distribuir casos de manera equitativa y objetiva. 

- Registrar todas las asignaciones con tecnología blockchain para asegurar integridad, claridad en los procesos y facilidad de seguimiento.

- Realizar auditorías externas periódicas para verificar el correcto funcionamiento del sistema. 

 

7. Reformar el Ministerio Público. 

- Garantizar autonomía presupuestaria para evitar presiones políticas. 

- Crear unidades especializadas en delitos de corrupción, dotadas de personal altamente capacitado. 

- Implementar un sistema de evaluación externa para medir el desempeño de los fiscales y sancionar ineficiencias. 

 

8. Reformular el sistema ético y disciplinario. 

- Reformar la Academia Judicial para garantizar independencia en la formación de jueces, eliminando vínculos indebidos entre profesores, abogados y estudiantes. 

- Establecer un sistema de certificación renovable para jueces con evaluaciones periódicas de conocimientos y ética. 

- Promulgar un código de ética judicial obligatorio con sanciones severas para quienes lo incumplan. 

 

9. Incorporar participación ciudadana y supervisión externa. 

- Crear jurados ciudadanos consultivos para casos de alta relevancia, como delitos de corrupción. 

- Establecer una Defensoría Ciudadana del Poder Judicial para fiscalizar el desempeño del sistema. 

- Fomentar alianzas con organismos internacionales para supervisar y evaluar el avance de las reformas. 


La crisis del Poder Judicial chileno no admite demoras, y estas acciones representan un camino directo hacia la restauración de la confianza pública y el fortalecimiento de la justicia en el país. Si bien su implementación requiere una estrategia gradual, con pruebas piloto en medidas más complejas como la descentralización y el uso de tecnología en la asignación de causas, es crucial considerar la resistencia política e institucional, asegurar el financiamiento adecuado y coordinar la reforma con otros poderes del Estado para garantizar su efectividad y sostenibilidad en el tiempo.


 
 
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